Dedicada a tí, quien en la privacidad de tu tiempo, refrenas tu pensamiento y das rienda suelta a tu fantasía.
Sin saber por qué,
su cuerpo tiembla al compás de su mente,
donde acuden deseos vedados por su corazón
pero permitidos por la fantasía.
Quiere, pero no se atreve
a aceptarlos,
quiere, pero no se atreve
a vivirlos.
Se lo impide el miedo,
el miedo a despertar,
a despertar el amor dormido
que en quietud temerosa
reposa en lo más profundo de su pasión desbordante,
quiere pero no se atreve.
Se humedece su cuerpo al pensarlo,
se encienden sus mejillas de rubor inocente,
enmudece y escucha el susurrar de su entrega.
recuesta su fantasía en el regazo de la vida
en su vida secreta
compartida en secreto.
HCC/Marzo 2016